El motivo de la reunión era caminar y dibujar en las calderas del cercano río Cambrones, por lo que nos alejamos del núcleo urbano de La Granja, por caminos cada vez más estrechos hasta multiplicarse en veredas de monte bajo. El pequeño cauce del río discurre encajonado a la falda de la sierra. Su caudal de agua es escaso a estas alturas del verano, pero sigue discurriendo bien fría, como recién salida de las entrañas de la sierra.
Hemos parado en una primera poza a descansar, tomar un aperitivo y dibujar un primer boceto. María, la hija de Fernando, se ha atrevido a darse un baño, pero ha salido rapidamente del agua, porque estaba helada. Aguas arriba, hemos parado en una segunda poza, donde dibujé el segundo boceto, después de reponer fuerzas. El día ha sido estupendo y la compañía magnífica. Me gustaría volver a este lugar en primavera, cuando el agua baje como una sonora torrentera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario