En el primer día, a las puertas de la Catedral (arriba) nos hemos desayunado con una inesperada procesión conmemorativa. Y, sin salir apenas de la plaza de Cervantes (abajo), hemos visitado la Capilla del Oidor, donde está la pila donde bautizaron a Cervantes, y un diminuto pero maravilloso museo de trajes de época del Siglo de Oro; después hemos dibujado en el anejo Patio del Estudiante, y muy brevemente en el espectacular Corral de Comedias de Zapateros. Por la tarde, tras homenajearnos con un arroz en la casa regional de Castilla la Mancha, hemos visitado los Claustros y el Paraninfo de la Universidad, y la casa-museo de la familia de Cervantes, antes de una cena de tapeo por la calle Mayor.
Al día siguiente, dedicamos solamente media jornada entre las solitarias plazuelas y las fachadas del magnífico Palacio Arzobispal, y un aperitivo con dibujos, de nuevo entre las arcadas de una atestada y bulliciosa calle Mayor. Nos ha acompañado los dos días Javier Zabala (a la derecha), uno de los más renombrados ilustradores del momento, un tipo genial y viajero empedernido, abierto a dar sugerencias en todo momento. En la foto, también esta el ilustrador Enrique Flores (a la izquierda), habitual coordinador de estas jornadas.
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