martes, 5 de noviembre de 2013

Mi pintura y la Biblioteca Nacional

Hoy he pasado hora y media haciendo un boceto frente a la Biblioteca Nacional. Mis primeros recuerdos sobre este edificio se remontan a mi época de estudiante universitario, a principios de los 70. Era un Madrid gris y austero, coincidiendo con los años finales de una larga dictadura. Mis recuerdos no están asociados con la búsqueda de libros o con interminables horas de estudio en una magnífica biblioteca, sino porque me convertí en un asiduo visitante de las exposiciones temporales artísticas que se celebraban en unas salas de la planta baja. Fue un rayo de luz que me sirvió de evasión durante mis áridos primeros años de estudios de ingeniería. Allí pude descubrir la impactante y titánica escultura del aragonés Pablo Gargallo, la violencia de colores del también aragonés Manuel Viola, o los maravillosos y minuciosos grabados del bávaro Alberto Durero, junto a otro buen número de otros autores de los que ya apenas puedo recordar individualmente.
De regreso al futuro, hace ya algunos meses que he vuelto a frecuentar las renovadas y modernas salas de exposiciones de la Biblioteca. Es una observación más nostálgica, pero igualmente valiosa. En 'La Transición en tinta china', he refrescado recuerdos de lecturas inolvidables. Con Nicanor Parra o Esteban Lisa he descubierto la vida y obras personajes totalmente desconocidos para mi hasta estos momentos... ¡Larga vida a la Biblioteca Nacional!

No hay comentarios:

Publicar un comentario