martes, 7 de octubre de 2014

La Hermana Mayor

He subido temprano hasta la venta Marcelino, a las puertas del parque de Peñalara. Me ha sorprendido que un martes haya tanta afluencia de visitantes, la mayoría de ellos peinando canas o cubriendo calvas. Se mueven en silencio, acompañando a sus toses; y un pequeño grupo conversa en voz alta. Les preocupa el caso de ébola que se acaba de hacer público en la comunidad de Madrid. No parecen estar muy interesados en el destino de la enferma contagiada, sino en que se depuren las responsabilidades por el contagio: es otra forma de expresar el miedo. Es simplemente un eco de lo que he venido oyendo en la radio del coche por el camino. Veremos cómo evoluciona todo en las próximas semanas.

Me pongo a hacer mi primer dibujo en los alrededores de la venta. El principio de la mañana era soleado, pero al poco se levanta una ligera niebla que ensombrece todo. Cuando termino me voy a tomar un café. Me ha venido bien coger todo el equipo de abrigo, pero después de llevar un rato sentado al aire libre me he quedado algo frío.

A las diez y media en punto llega la comitiva de la FMM. Después de los saludos, nos ponemos en camino en dirección al puerto de los Neveros. Mi segundo dibujo (a la izquierda), es en un paraje próximo a la laguna de Peñalara. Bajo hasta el arroyo para buscar una buena posición. Es un pequeño afluente del Lozoya, que se desliza torrentera abajo. Arriba, una imponente mole granítica a la que llaman ‘la Hermana Mayor’, situada a oriente de la laguna. Una mata de helechos a mi derecha muestra los primeros síntomas de la temporada de otoño. Desde aquí vamos a empezar a repintar las señales del sendero PR15, pero yo me quedo atrás haciendo un boceto del momento.  

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